miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Jugamos?

Son ya varias las ocasiones en las que he compartido con mi madre la sensación de sentir la vida como un juego. Un juego completo y emocionante, el juego mejor pensado de la Historia.

Nacemos, crecemos, empezamos a sentir, empezamos a cobrar, empezamos a pagar. 

Desde que tenemos uso de razón jugamos con la conciencia a favor, sabemos cuáles son nuestras cartas, pero ... en este juego hay dos premisas importantes. Una es la de que no jugamos solos, lo que nos crea desconcierto a la hora de pensar en las jugadas de los demás. Otra, cómo no, es la del azar. El azar que independientemente del juego que tengamos en nuestras manos nos hace mirar hacia adelante expectantes, con la mirada fija en el danzar del dado a la espera de que su número sea el nuestro.

La vida es un juego con varias fases, fases que se superponen, se compenetran y se repelen. La familia, el trabajo, el capitalismo, el amor, ... Todas ellas fases en nuestro particular juego.


Ayer disfrutaba viendo el Real Madrid- Borusia de Dortmund.

No se trataba de un partido normal. Cuando millones de personas centran sus ojos en otras 22 y miles de niños admiran el vaivén de un balón, todo cambia, ya no es deporte sino pasión, no es un partido cualquiera, es ilusión. Disfruté con la angustia que me llevó al minuto 80 para en los últimos diez minutos llenarme de ilusión. Disfruté abrazando a Enzo mientras sus ojitos de niño grande escupían lágrimas sanas, disfruté secándolas, disfruté siendo su bálsamo al recordarle que siempre hay más, que el próximo año habrá más y será mejor.

Hoy disfruto del miedo, disfruto de la sensación de no control.

Es uno de esos días en los que te planteas todo, en el que te analizas severamente, en el que te das cuenta de que te has metido sin querer en algo en lo que no querías meterte, precisamente, por ese miedo a temer.

Disfruto de ese miedo que tanto rehuí, me alegro de haberme metido de lleno en él, no sé cómo acabará esta fase (no tengo ni idea), no la controlo yo, pero me alegro de haber empezado a jugarla. Miedos, incertidumbres, desconcierto, ... un silencio ciego del que no puedes hablar, ... una necesidad muda que jamás pintarás.

HOY toca jugar.